domingo, 8 de julio de 2012

maggiolo seisunodos


me fui buscando
dejar atrás
esa casa y sus olores
los rincones de un tiempo que ya no habito
los retazos de minutos vencidos por el tiempo
a pesar de su exacto esfuerzo por permanecer en el mundo.

dejar atrás
esa casa y sus olores
los rincones de un tiempo que ya no habito
los retazos de minutos vencidos por el tiempo
a pesar de su exacto esfuerzo por permanecer en el mundo
que ha dejado de ser lo que esperamos antes de ayer.

esa casa y sus olores
los rincones de un tiempo que ya no habito
los retazos de minutos vencidos por el tiempo
a pesar de su exacto esfuerzo por permanecer en el mundo
que ha dejado de ser lo que esperamos antes de ayer
caducos en el intento de serlo todo y en todo quedarnos.

los rincones de un tiempo que ya no habito
los retazos de minutos vencidos por el tiempo
a pesar de su exacto esfuerzo por permanecer en el mundo
que ha dejado de ser lo que esperamos antes de ayer
caducos en el intento de serlo todo y en todo quedarnos
como partículas de Dios.

los retazos de minutos vencidos por el tiempo
a pesar de su exacto esfuerzo por permanecer en el mundo
que ha dejado de ser lo que esperamos antes de ayer
caducos en el intento de serlo todo y en todo quedarnos
como partículas de Dios
los rincones de un tiempo que ya no habita nadie.

a pesar de su exacto esfuerzo por permanecer en el mundo
que ha dejado de ser lo que esperamos antes de ayer
caducos en el intento de serlo todo y en todo quedarnos
como partículas de Dios
los rincones de un tiempo que ya no habita nadie
los cuartos de esa casa se despiden.

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