Yo sé quién es Alvar Aalto,
y porqué los ángulos de un hospital no deben ser rectos,
y porqué el techo siempre tiene que estar bien pintado.
Yo estuve en el sanatorio de Paimio, rincón soleado de Finlandia.
Recuerdo todo,
y vuelvo
a sentarme en ese banco de hormigón
a que el sol me caliente la cara una vez más.
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