sábado, 13 de octubre de 2007

Una columna diome bienvenida

La tarde casi noche, en que yo
sin miedo a las dimensiones
profané la mole de granito y hormigón
donde tu estudias y los árboles crecen
una columna solitaria y quebrada
diome la bienvenida a uno de tus misterios
En tanto mi oído atento escuchaba
acerca de lo efímero de la realidad
de la ineficiencia del presente
mis ojos escrudiñaban tus pasos
por oscuros corredores
Si acaso al mismo tiempo, tu ojos
no llegaban a ver los dibujos de un profesor
en la pizarra negra y divagabas huyendo
hacia la última noche que nos acompañó
habrás estado entonces, refiriéndote
en aparente quietud silenciosa
a la conjugación paciente y deliciosa
del verbo amor, yo amo, tu amas, ellos aman

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La infeciencia del presente ¡qué hijo de puta!
Abrazo

Lou dijo...

¡Tremendo hijo de puta!

El Gogy dijo...

gracias por la puteada-elogio, malnacidos!

Anónimo dijo...

querido gogui tu sabes que no hay registro de la manzana cayendo, tampoco de los malnacidos, apenas la ronquera que permanece un rato cuando gritamos un gol de nuestro cuadro querido